¿Por qué estimular tempranamente a mi bebé?





¿POR QUÉ ESTIMULAR TEMPRANAMENTE A MI BEBÉ?

Por: Rosy Ochoa

La historia de Tanishq Abraham, un niño de que se graduó de la secundaria a los diez años de edad y quien un año después se graduaría de la universidad con tres títulos, seguramente llamó la atención de millones de padres y madres alrededor del mundo. Quizá una de las preguntas más relevantes para
ellos fue: ¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a que alcance logros tan altos en su vida?

Muchas de las respuestas a esta difícil pregunta entran en el campo de la estimulación temprana de habilidades no solo cognitivas sino psicomotrices y socio-afectivas, que les den a nuestros niños las bases para su desarrollo y sus logros posteriores. Pero, analicemos este aspecto más detalladamente.
En primer lugar, el recién nacido, desde los primeros días,, tiene capacidades sensoriales que le permiten relacionarse con el nuevo medio en el que se encuentra: puede ver, oír y sentir por medio del gusto, el tacto y el olfato. Además, tiene desarrolladas conductas reflejas como la de succión, deglución y de búsqueda, que le permiten adaptarse a ese nuevo medio. También tiene la capacidad de discriminar emociones básicas e imitar conductas. Con estas habilidades el bebé está equipado para desarrollarse cognitiva, física y socialmente.

En segundo lugar, la principal fuente de estímulos para promover el desarrollo del bebé, es la madre, quién a través de sus cuidados, caricias, palabras, miradas y juegos activa las habilidades innatas del bebé y le da sentido a cada experiencia al llevarlas a un fin: alimentarse, abrigarse, acomodarse, etc. Nadie mejor que los padres conocen las necesidades y los tiempos de un bebé.

La sobre-estimulación puede darse como consecuencia de un sentimiento de impaciencia y de angustia de madres y padres por presiones de estereotipos sociales y de su amorosa predisposición a darles a sus bebés “lo mejor”. El resultado es predecible, bebés y niños sobrecargados de estímulos y de exigencias que no pueden cumplir, lo que a su vez genera ansiedad y dependencia ya que se alteran sus tiempos de desarrollo.

Finalmente, desde hace mucho tiempo  I.E. Pedagogos del siglo XVI y XVII como J.A. Comenio- se han estudiado las posibilidades de que los bebes adquieran habilidades tempranamente para garantizar la formación de adultos más inteligentes. Ahora sabemos que no se puede apresurar el desarrollo, no es posible que un niño camine, o hable antes de que su cuerpo esté preparado para hacerlo. Hemos aprendido que hay que respetar estas etapas formativas y que esa es la mejor garantía de que un bebé crecerá sano y alcanzará su potencial como adulto.


La verdadera estimulación es la creación, por parte de padres y educadores, de ambientes, situaciones y desafíos apropiados a cada fase del desarrollo de bebés y niños para que ellos respondan de una manera independiente, es decir con mínima ayuda, y propia. Este proceso debe cimentar en bebés y niños una sólida autoestima y un apropiado sentido valor personal, además de promover el desarrollo de habilidades cognitivas, físicas y socio-afectivas originales, eficaces y eficientes.

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