La lectura, una puerta abierta a la imaginación.


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Por: Daniela Recalde

La lectura es la llave prodigiosa de la información, de la cultura, del mundo de la ficción, de la fantasía. Conseguirla no es tan sencillo: está al alcance de todos los niños, pero con condiciones. 

La importancia de la lectura en los niños se basa en sus beneficios a la hora de estudiar y adquirir conocimientos. La colaboración de los padres es necesaria para impulsar el proceso de aprendizaje.

Hay una labor familiar de preparación extremadamente importante antes de que los niños aprendan a leer, y de seguimiento, después. Aunque resulte increíble, se recomienda poner a los niños en contacto con la lectura a partir de un año aproximadamente. Merece la pena perder el tiempo con los niños leyéndoles y contándoles historias porque los efectos pueden ser muy positivos ya que esto da paso a despertar su imaginación.


Los especialistas en lectura están de acuerdo en que leer es un hábito, un placer, que difícilmente se adquiere en la edad adulta. Y que la afición a la lectura tiene muchas posibilidades de consolidarse cuando se ha despertado en la niñez. A veces escuchamos a los padres lamentarse: a mi hijo no le gusta leer. Y lo dicen con cierta inquietud. En realidad, hay muchas personas a las que no les gusta leer. 

Es una cuestión de temperamento, de intereses, de medio. Leer es una actividad contemplativa que necesita concentración, silencio, aislamiento, inmovilidad, exclusividad. Pero, a pesar de las excepciones, la afición a la lectura depende también de cómo se haya abordado la cuestión cuando los niños ya leen. Permitámonos despertar la imaginación de nuestros hijos por medio de la lectura.

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