Por Jaqueline Arroba
Un nuevo año está por empezar y es una buena ocasión, tanto para los padres como para los hijos, de reflexionar sobre todo lo que fue hecho, lo bueno y lo malo, durante el año que termina. Al mismo tiempo es un buen momento para reconocer cuánto han crecido. Es la hora de renovar las ilusiones y de motivar a los hijos para dar inicio al nuevo año.
Cuando iniciamos un nuevo año escolar la principal dificultad que encontramos en los niños es el horario, ya que las vacaciones hacen que el niño tome una rutina hogareña, por lo que los padres deben adecuar los horarios poco a poco e ir conversando con su hijo sobre la aproximación de la nueva apertura escolar, una de las principales motivaciones para que el niño se sienta atraído a ir a la escuela nuevamente es hacer que forme parte de las nuevas cosas o retos, por ejemplo informarle sobre las matriculas, quienes serán sus nuevos compañeros, sus nuevos maestros y sobre todo hacerle parte de las compras escolares, es decir comprarle la mochila que está de moda. Forrar con ellos los cuadernos, libros, membretar sus pertenencias, preparar el uniforme y conversar acerca de todo lo que encontrará en la Institución en donde va a ingresar.
La actitud de los padres es muy importante ya que los niños aprenden por imitación, si los padres se muestran confiados y alegres ante los retos de la nueva etapa, es mucho más probable que sus hijos tomen esta misma actitud, esta es una muy buena forma de motivar a los hijos a volver a la escuela.
El niño se sentirá mucho más seguro si va acompañado de sus padres el primer día de clase. En la medida en que esto sea posible, él debe tener la tranquilidad de que ese día no va a ir solo al colegio y que sus padres estarán ahí para ayudarle con su inquietud y sus miedos.
En estas primeras jornadas es fundamental que todo se haga con calma y sin prisas para no añadir más estrés al reencuentro escolar.
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