Los
niños pequeños están en pleno desarrollo de sus habilidades lingüísticas, siente un gran deseo de hacerse independientes
y a su vez no poseen la capacidad de
controlar sus impulsos, por esa razón en ciertas ocasiones reaccionan agresivamente.
Debemos recordarles constantemente a los pequeños que los comportamientos
agresivos duelen y enseñarles a expresar sus sentimientos de otras formas, ya
le que ayudara a controlar sus impulsos y poder convivir de mejor manera con
otros niños.
Es
importante responder enseguida ante un comportamiento agresivo, no hay que
darle grandes sermones porque a esta
edad aun no son capaces de ponerse en el lugar de otro.
Se
debe mantener la calma, respirar profundamente y relajarse; no gritarles ni
mucho menos pegarles ya que se conseguirá que el niño se enoje aún más y no
aprenda a controlar su propio temperamento.
Esperar
a que el niño este calmado y hablar tranquilamente sobre lo ocurrido, brindándole
alternativas de cómo puede expresarse sin lastimar; todo esto aplicarlo
bajándose y colocándose a la altura del niño; es importante ser firmes y
decirle “pegar duele”, es muy bueno proporcionarle mucha actividad física para
que pueda gastar un poco toda esa energía.
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