Por: Leonor Santana
La etapa preescolar es
una de las mas importantes y motivadoras para la vida, en la cual se ve
involucrado el desarrollo integro, integral e integrado de todos los niños. Se
viven experiencias muy enriquecedoras que conllevan a disfrutar cada momento
como único, lo que se manifiesta con diferentes expresiones, sentimientos y
maneras de actuar o comportamientos.
Para que un niño se
adapte al kínder es muy importante prepararle desde casa. La confianza es muy
importante ganarse para que él logre expresar sus necesidades, ya que un niño
que se desarrolla en un ambiente afectivo demuestra sus deseos como tal, saber
escucharle con atención se convierte en el papel más apropiado para saber
llegar a él.
Cuando hemos logrado
esto, lo que se recomienda es leerle un cuento o historias con gráficos grandes
y coloridos, describiéndole que hará nuevos amigos con quienes disfrutara
muchos momentos y tendrá la oportunidad de descubrir, explorar, jugar, comer y
aprender mediante actividades súper divertidas.
El acierto que se dé a
esta estrategia tendrá mucho que ver con las maneras en que se maneje la
lectura, estas pueden ser: dinamismo, expresión facial y corporal, modulación
de la voz y lo más importante captar la atención del niño.
A medida que va leyendo
puede realizar preguntas como: ¿te gustaría conocer nuevos amigos? ¿Cómo
quisieras que sea tu escuela? ¿Qué harías para divertirte y mostrarte siempre
feliz… Ya que el cuento será solo a base de gráficos, puede pedirle luego al
niño que lea él su cuento y cree su propia historia, esto le despertara su
interés, imaginación y pensamiento, esto será un aporte fundamental para que él
mismo se muestre interesado de lo que será su llegada al kínder.
Cuando ha llegado el día
de asistir a la escuela es muy necesario que se le explique y recuerde todo lo
que imagino en sus lecturas, para que se sienta seguro darle un abrazo y
decirle: “te deseo lo mejor y un excelente día, disfruta muchísimo y yo te pasaré
a recoger en unas horas”, así el sentirá seguridad y aunque se vea un tanto
extraño tendrá presentes sus palabras. Es muy importante no mostrarse
preocupados, ya que los niños sienten lo mismo que nosotros según sea el caso.
Algo muy indispensable es cumplir las promesas, por ejemplo no atrasarse en el
horario de retirarle de la escuela porque el estará pendiente de esto.
Terminado el proceso
iniciado en casa, empieza el de la escuela, poco a poco cumple con su periodo
de adaptación asistiendo dos horas diarias y con el transcurso de los días
seguiremos aumentando el tiempo hasta lograr el horario establecido, de esta
manera el niño no se sentirá aislado, ni se forzara la separación de los suyos,
sino que al contrario, se desempeñara con mayor facilidad a su nueva etapa que dependerá de las
maestras para que esto sea lo más agradable y cómodo para ellos.
Cabe recalcar que
existen diferentes casos, a unos se les dificultara más o menos que a otros el
quedarse tiempo completo en la escuela, esto será preocupante y triste para los
padres ya que verles llorar puede ser negativo, pero al final de todo esto las
recompensas serán favorables para la familia, el niño y las maestras.
Esta es una manera de
llegar a los padres de familia que no encuentran la forma de ayudar en la
adaptación al periodo del kínder y que se muestran con incertidumbre en
especial si son padres primerizos, lo mejor es el trabajo con muchísimo amor,
paciencia y afecto, esto será el factor principal para obtener niños seguros y
felices en el kínder, el final será que el niño se sienta tan bien con nosotros
que llegara feliz y contento a la escuela y no querrá irse de ella porque verá
el mismo la necesidad de enriquecerse mediante todo lo enseñado, esto es el
resultado del trabajo en conjunto entre: padres, hijos y maestras.
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