Sara
Yumizaca
Nuestros
hijos son lo más valioso que tenemos, cuando sienten temores tales como: dormir
solos, a la separación, a los extraños, a los ruidos fuertes, a la oscuridad, a
quedarse solos, a los animales, a la escuela, etc, sentimos la necesidad de
ayudarles, pero ¿cómo lo hacemos?
Es
necesario saber que el miedo es una emoción normal y universal, necesaria,
adaptativa, que todos experimentamos cuando nos enfrentamos a determinados
estímulos tanto reales como imaginarios, los niños a lo largo de su desarrollo
sufrirán y experimentarán numerosos miedos. (Bastida, 2010)
Tomando
en cuenta esto, nuestros hijos siempre tendrán miedos, lo importante es ayudarles
a controlar estos temores, indicándoles que la mejor forma de solucionar el
miedo es aprendiendo a dominarlo. La seguridad que les podemos dar para sí
mismo es algo básico ya que siempre que nosotros permitimos que el niño se deje
vencer por el miedo, este se alimenta más y se hace cada vez más fuerte, hasta
el punto que sea imposible vencer.
Por
lo tanto este camino de crecimiento y aprendizaje requiere de estrategias:
Segmentar el camino hacia metas fáciles
de alcanzar: en ocasiones se tornan difícil lograrlo en
un solo intento, y si queremos vencerlo de esta manera podemos fracasar, lo
cual frustrara al niño y empeorara más el problema. Por lo que podemos hacer
que el niño alcance pequeñas metas, que lo vayan acercando a su meta final. Por
ejemplo: si tiene miedo a dormir con la luz apagada, podemos dividirle de la
siguiente forma, primero dormir con una pequeña luz toda la noche, segundo
tener la luz hasta que se duerma, luego ponerle la luz pero apagarla antes de
que se duerma, y por último dormir en total oscuridad.
Hablar y conversar:
es bueno conversar con el niño acerca de lo que siente y piensa con respecto a
lo que le atemoriza, podemos hacerlo antes o después de enfrentar a su miedo,
en especial es mejor realizarlo después de haber enfrentado el miedo, esto
permitirá tener una mejor comprensión de
ella, relacionando las siguientes preguntas: ¿Qué le da miedo? ¿Qué cree que
pase si se enfrenta a ese miedo? ¿Desde cuándo siente ese miedo? ¿De dónde aprendió
que la cosas funcionaban así?, de esta manera el niño se dará cuenta que su
miedo es ilógico y empezara a madurar.
Programar para ser valiente:
los padres son esenciales en el proceso de la construcción de la identidad, que
los hijos crean que son valientes depende de nosotros los padres, debemos
afianzar su seguridad con “tú eres valiente”, aclarando que el miedo es parte
del ser humano, ya que nos protege de cosas que nos puede lastimar. Por lo
tanto ser valiente significa, enfrentar al miedo, por lo que se puede decir que
para ser valientes, tener miedo es un requisito básico. (Caballo,
2007)
Para
terminar debemos tomar en cuenta que es normal que nuestros niños tengan
miedos, pues aún no tienen, la voluntad, la disposición y fuerza para
enfrentarlos, por ello tiene a sus padres quienes debemos tener la voluntad y
disposición para hacer que el niño enfrente sus miedos, así como el valor y la
fuerza para soportar ver a nuestros hijos luchar contra algo, y permitirles que
ellos los superen, es decir teniendo el acompañamiento adecuado lograremos,
tener niños fuertes y con mucha seguridad.
Bibliografía
Bastida, A. (12 de Octubre de 2010). Psicologia
online. Obtenido de Psicologia online: http://www.psicologia-online.com/infantil/miedos-ansiedad-y-fobias.shtml
Caballo,
V. (2007). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos
psicologicos. En V. Caballo, Manual para el tratamiento
cognitivo-conductual de los trastornos psicologicos. (pág. 32). España:
EFCA, S.A.
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