Es importante siempre elegir música suave y tranquila,
además de ponerla siempre a un volumen adecuado.
Los primeros años de la vida del niño representan el momento
fascinante en el que se fijan los cimientos en que basará su futuro
desarrollo. Desde que nace, el pequeño
manifiesta deseos de aprender y una curiosidad inagotable. Su cerebro es como
una esponja que absorbe todo lo que ve, escucha y experimenta. La estimulación
temprana consiste en aprovechar esta capacidad de
Los expertos afirman que el rock duro o el heavy irrita y
fomenta la agresividad y la excitación, por lo que no es nada recomendable para
el niño. No debes limitarte a la música clásica, pero evita ese tipo de
canciones.
Algunos juegos que puedes practicar con tu bebé:
1- Ponle tumbado boca abajo y haz sonidos con tus dedos o un
objeto a cada lado de su oído.
2- Cántale una nana antes de dormir. A ser posible siempre
la misma para que la identifique son el sueño.
3- Usa instrumentos o juguetes musicales con luz y pónselos
delante de la cara para que los siga con la mirada e intenten alcanzarlos.
4- Cántale a menudo diversas canciones de diferentes ritmos
y tonos y acompaña la música con gestos y sonrisas.
5- Siempre que juguéis a algo o mientras le bañas puedes
poner música relajante de fondo. Esto ayuda al bebé a concentrarse en la actividad
que estáis llevando a cabo.
6- Baila con tu hijo o balancéale suavemente al son de la
música.
7- A partir de los 6 meses puedes enseñarle canciones que vayan
acompañadas de gestos. Verás cómo pronto empieza a imitarte y realiza los
mismos gestos.
8- Ofrécele instrumentos para bebés de juguete para que
pueda ir practicando y aprenda los diferentes sonidos que emite cada
instrumento.
9- Prueba diversas canciones y estilos para ver qué tipo de
música le alegra, cuál no le gusta y cuál le relaja.
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