Aparte de las actividades que se aplican en la estimulación
del bebé, es muy importante destacar que el ambiente también es una herramienta
a tener en consideración. El ambiente no es solo un lugar tranquilo, donde se
respira el respeto, la tolerancia, la paciencia, el acuerdo y la unión, también
está constituido por las personas que acompañan al pequeño. Si el bebé cuenta
con la compañía de personas significativas para él, como es el caso de sus
padres, se sentirá apoyado en su vínculo afectivo, en sus habilidades y
destrezas. La estimulación será más completa.
Cuándo podemos estimular al bebé
Cuanto antes comencemos con la estimulación temprana, mejor, porque la
flexibilidad del cerebro va disminuyendo con la edad. Desde el nacimiento hasta
los 3 años de edad, el desarrollo neuronal de los bebés alcanza su nivel
máximo. A partir de los tres años, empezará a decrecer hasta los 6 años de
edad, cuando ya estarán formadas las interconexiones neuronales del cerebro del
bebé, haciendo que sus mecanismos de aprendizaje sean parecidos a los de una
persona adulta.
Todos los bebés experimentarán diferentes etapas de
desarrollo que pueden ser incrementadas con una estimulación temprana. Para
eso, se debe reconocer y motivar el potencial de cada niño individualmente, y
presentarle objetivos y actividades adecuadas que fortalezcan su autoestima,
iniciativa y aprendizaje. La estimulación que recibe el bebé en sus primeros
años de vida constituye la base de su desarrollo futuro.
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